martes, 4 de agosto de 2020

El Pescador Novato Nestor - Cuentos y Anécdotas.

En mi región se encuentra trucha arcoíris en todos los ríos por ser un clima un poco frio y cuando hay abundancia de este ejemplar,  ellas  saltan por encima del agua, para cazar insectos que es su alimento preferido,   lo que  nos animaba  a salir  de pesca.

Nestor Yaya Garzon

Mi pueblo es un paraíso para vivir,  ya que sus habitantes son  personas humildes,  sencillas y laboriosas,  todos ellos son
amables y procuran ayudarse  unos a otros y por lo general aquí no hay violencia y mucho menos  analfabetismo,  debido a que todos quieren surgir y hay suficientes escuelas y colegios que incluso contamos con estudiantes provenientes de barios  municipios circunvecinos.


La mayor fuente de ingreso es la ganadería,  la agricultura y árboles frutales como lo es  el durazno, curubo, peras, manzanas entre otras frutas mas  y en los últimos tiempos proliferan las fabricas de almojábanas que son verdaderos manjares estas son exportadas para la capital donde son apetecidas por sus habitantes capitalinos. Municipio  Situado al oriente de la capital del departamento de Boyacá Colombia.

Recuerdo el primer día que nos fuimos de pesca, estábamos libres ya que estábamos en periodo de vacaciones de la escuela,  el día anterior es decir el domingo  fuimos al pueblo a comprar anzuelos y nylon transparente, y la única parte donde los vendían era en la cacharrería de don Amezquita,  compramos dos anzuelos y tres metros de nylon. Nos fuimos contentos para la casa. 

El lunes nos levantamos muy temprano y a las siete de la mañana no cabíamos de la emoción pues incursionábamos en algo nuevo para nosotros,  ya habíamos armado nuestros aparejos, las cañas de pescar eran improvisadas  varas de madera un poco pesadas pues desconocíamos que para esto son mejores las varas de guadua que son más flexibles y resistentes,  a las cuales amarramos el nylon de unos pequeños clavos que les pusimos.

Como yo no creía que ese nylon  fuera tan resistente lo coloque doble, por lo que me quedo muy corto, entonces amarre a la vara un trozo de alambre y quedo algo rudimentario  pero bueno podía más las ganas de ir a pescar que perfeccionar nuestro equipo de pesca, al otro estreno  del nylon amarramos el anzuelo que era como un ancla diminuta elaborado en alambre acerado con una púa que es donde se coloca la carnada  y  con varios nudos como nos había enseñado mi papa que era la única persona que sabía algo de pesca y a quien considerábamos un verdadero experto.

Ya solo nos faltaba la carnada según mi papa a la trucha le encanta consumir lombrices y nos dijo  dónde encontrarlas  y nos dirigimos  a un lodazal cerca de una toma de agua, es decir donde el ganado bebe agua y en el cual  había varias lombrices una negras, unas pardas y otras rojas  y escogimos las más grandes y duras que son las recomendadas para estos menesteres, las ensartamos una en cada anzuelo cubriendo por completo el alambre  y guardamos otras en una bolsa transparente como carnada de reserva.
Nacimiento de un rio


Ya estaban completas nuestras cañas, fuimos al rio Albarracín este tiene agua dulce como se le conoce  y muy caudaloso  con un ancho promedio de 12 a 15 metros y nos dirigimos  a una parte que llamábamos la canoa y buscamos la parte más profunda y echamos nuestros anzuelos al agua y esperamos un rato a que las truchas mordieran, bajo un sol esplendoroso  y charlando pasito para que las truchas no se asustaran como si ellas nos pudieran escuchar con tanta agua corriendo y golpeando en una canal grande de madera que tenía forma de canoa y atravesaba el rio transportando agua para regar los cultivos y pastos aledaños.


Nuestro amigo Jaime Muñoz que ya era todo un experto en pesca aparte de mi papa,  nos había dicho que cuando sintiéramos moverse el nylon  era porque la trucha estaba mordiendo el anzuelo y debíamos tirar fuerte de la caña para que el pez se ensartara en las agallas y poderlo sacar.

Al rato vi en mi nylon un leve movimiento y le dije a mi hermano me están mordiendo la carnada y él me dijo pegue el jalonazo, obedeciendo su consejo  así lo hice pero que va lo único que paso fue que el anzuelo se engarzo en una raíz de sauce que estaba dentro del agua. Le hice fuerza a la vara pero no se desenredaba, me toco conseguir una vara más larga para tratar de romper la raíz y ni modo de meterme al agua porque primero era muy profundo y segundo yo no sabía nadar.

Fue mucho lo que luche con la ayuda de mi hermano,  para poder recuperar el anzuelo y al fin lo logre sacar, toco ponerle una nueva lombriz por que la anterior se había despedazado. Un poco desanimados  Volvimos a echar los anzuelos y esperamos un rato y nuevamente empecé a sentir movimientos muy fuertes y prolongados  en mi nylon, le grite a mi hermano me están mordiendo la carnada del anzuelo.

¿Qué hago? y  mis manos me temblaban del susto no me sentía capaz de jalonar esta vez  y le dije ayúdeme a sacarlo y él me dijo no sáquelo usted mismo porque si no se le pierde la suerte, ¿y como? pues,  hale la vara hacia un lado fuerte, así lo hice y allá cayo el pescado entre el pasto y empezó a contorsionarse saltando como tratando de regresar al rio y a retorcerse, lo único que se me ocurrió fue quitarme el saco y atraparlo con fuerza para que no me fuera a morder, como si el pescado pudiera hacerme algún daño,  estando ahogándose, al rato ya la trucha dejo de moverse y mi hermano me ayudo a quitarle el anzuelo de la mandíbula.

Ya no me dieron ganas de seguir pescando y nos fuimos para la casa, lo abrimos, lo cocinamos en agua y después lo freímos, pero no nos lo pudimos comer porque a mí me dieron nauseas por el susto o la ansiedad  y a mi hermano le dio dolor de cabeza por la insolación, pues de la ansiedad de ir a pescar no nos colocamos sombrero y el sol estaba intenso.

Quien sí disfruto del platillo fue mi papa que llego de comprar mercado en el pueblo, se comió esa trucha con mucho agrado pues lo que más le gustaba era el pescado y mucho más la trucha arcoíris que es deliciosa.

Después de este día ya era normal para nosotros atrapar peses y salíamos con nuestro amigo y experto Jaime Bernal, recuerdo que un domingo el saco una trucha gigante nunca antes vista peso como unas 15 libras la preparo sudada y nos dimos todos junto con mi papa y el hermano de él un espectacular banquete de trucha.
Creo que por hoy no aporto mas detalles a esta experiencia de pescadores novatos pues me extendería demasiado.


Gracias por leer y si te gusto mi historia déjame un comentario aquí debajo, yo siempre me divierto leyéndolos. 
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