Los Cinco Hermanos Liu Con
Poderes - Cuentos de Alvaro Marín
Cada uno de los hermanos
Liu había nacido con un don especial.
Liu Nº 1 podía sorberse
gran parte del mar de un solo trago: lo llamaban tragamares.
Liu Nº 2 era inmune al
fuego podían tenerlo tres días en medio de las llamas sin que se le chamuscara
un solo cabello: lo llamaban incombustible.
Liu Nº 3 podía estirar las
piernas a su antojo, pues eran elásticas: le decían alcanzanubes.
Liu Nº 4 era tan sólido
como el más sólido metal: lo llamaban duroacero.
Liu Nº 5 sabia el lenguaje
que hablan los animales: lo llamaban linguofono.
Cuenta una vieja leyenda
china que la señora Liu vivía cerca del mar y era madre de cinco hijos tan
parecidos entre sí que ella era la única persona capaz de distinguirlos.
Liu Nº 1, pescaba; Liu Nº2, cocinaba; Liu Nº3, pasabas cosas de un lugar a
otro; Liu Nº 4, cultivaba la tierra y
Liu Nº 5, cuidaba de los animales domésticos y así pasaban los días felices.
Llegó un día a la playa
donde ellos vivían, el mandarín de la ciudad, acompañado de amigos y criados.
Linguofono estaba pastoreando su rebaño y observó que el mandarín preparaba sus
flechas para dispararlas.
¡Corran, corran! les grito
en su idioma a los corderos. Ese hombre los va a matar. Ellos escaparon
velozmente.
Liu Nº 5 Desapareció para
prevenir a los otros animales del peligro, aconsejándoles que no salieran de
sus escondites.
El mandarín no pudo cazar
ni siquiera un gorrión y, sospechando de Liu Nº 5, ordenó que lo detuviera.
¡Confiesa, confiesa! exclamó enfurecido el mandarín, dirigiéndose a él. ¿Por qué
huyeron los animales? ¿Cómo voy a saberlo respondió Linguofono supongo que
usted es el responsable, pues quería matarlos?
El mandarín ordenó a sus
hombres que llevaran a Liu Nº 5 a la ciudad y lo encerraran en la jaula del
tigre. Linguofono entro a la jaula y le hablo a la fiera. -Hermano tigre, le
dijo, he venido con el fin de hacerte compañía.
El animal lo consideró su
amigo y permaneció tranquilo a su lado. Al darse cuenta el mandarín de que el
tigre no le hacía nada zapateó de furia:
¡Sáquenlo, mañana, en las
primeras y córtenle la cabeza! gritó.
Aquella noche sus hermanos se enteraron de que Liu Nº 5 sería decapitado al día
siguiente.
Liu Nº 4, es decir Duro acero,
exclamó: Voy a remplazarlo. A mí me tiene sin cuidado el sable. Corrió a la
ciudad, se subió a la jaula, rompió la cerradura y le dijo a su hermano:
_Puedes salir con el tigre. Yo me encargaré de todo. Dejemos la puerta abierta;
así creerán que únicamente escapo el animal.
Tan idénticos eran los
hermanos, que los gendarmes, al día siguiente, solo notaron la huída de la
fiera, pero no descubrieron que un hermano había sustituido al otro.
Momentos después apareció
el mandarín.
_ ¡Cortéenle la cabeza
gritó!
Uno de los soldados
desenvaino su sable y ¡crac! lo descargo sobre el cuello de Liu Nº 4. El sable
voló partido en pedazos.
_Otro sable exclamó el mandarín.
Y uno tras otro, todos
salieron rotos por el aire. Liu Nº4, sin un rasguño en el cuello, sonrió a sus
presuntos verdugos.
Al mandarín se le
desorbitaron los ojos de la ira, y casi sin poder hablar ordeno; _Enciérrenlo;
y mañana precipítenlo desde lo alto de una roca. Por la noche supieron la
noticia sus hermanos.
_Me corresponde el turno a
mí manifestó Liu Nº 3, es decir Alcanza nubes.
Vigilaré desde cual
montaña pretenden arrojarlo.
Al día siguiente descubrió
el sitio y cuando ya lo iban a lanzar, ordeno a sus piernas: _¡Crezcan!. Las
piernas crecieron y, en el momento preciso, lo rescato en el aire.
Ambos salieron corriendo,
pero Liu Nº 3, que había recobrado su tamaño natural, fue alcanzado por los
agentes del mandarín y llevado ante su presencia.
Los ojos del mandarín
lanzaban rayos de furia.
_Vigílenlo bien, idiotas,
dijo, pues deseo que todo el mundo vea, mañana, como hago yo justicia. Será
quemado en una hoguera en presencia del público, para escarmiento de cuantos
pretendan burlarse de mí.
En la mitad de la plaza
amaneció la pira lista para quemar a Liu Nº 3.
Liu Nº 2, Incombustible.
manifestó: _Ahora debo actuar yo.
Y cuando Liu Nº 3 caminaba
ya hacia la hoguera, Liu Nº 2 dijo a los guardias que lo llevaban que su
hermano era inocente, «Yo soy el culpable, agregó, y pido que me quemen vivo».
Y en un momento, sorpresivamente, se cambió por Liu Nº 3.
El cortejo siguió como si
nada hubiera sucedido.
EL CONSEJO DE LA GRULLACUENTO
UNA FORTUNA INFORTUNADACUENTO
EL HIJO PRODIGO CUENTO
Precipiten a ese monstruo
al fuego ordenó el mandarín.
Liu Nº 2 se sentó
tranquilamente en la hoguera. Las llamas lo envolvieron sin hacerle el menor
daño.
Así que la ira del mandarín
subió a su más alto grado. Apretando los puños, como enloquecido ordenó: _ ¡Preparen
una barca para tirarlo al mar!
Ahora le correspondía el
turno a Liu Nº 1, es decir a Tragamares.
Efectivamente, cuando el mandarín
llego a la playa, ya Liu Nº 1 estaba ahí esperando. Lo vió entrar en el bote
con sus secuaces, y se dió cuenta que llevaban a Liu Nº 2, Después dejo que la
embarcación se alejara una cuadra y gritó: _ ¡Incombustible, tírate al agua!
Incombustible, es decir Liu Nº 2, salto al agua y, en ese mismo instante, Liu
Nº 1, Tragamares, absorbió gran parte del líquido de un solo trago. La barca
quedo en seco.
Liu Nº 2, Incombustible,
emprendió la carrera hacia la orilla, poniéndose a salvo. Y cuando el mandarín
y sus gendarmes quisieron hacer lo mismo, Tragamares devolvió el agua,
arrojándola directamente contra ellos.
El mandarín quedó
sepultado para siembpre en el fondo del océano, en compañía de sus guardias.
Los Cinco Hermanos Liu Con Poderes - Cuentos de Alvaro Marín
Cada uno de los hermanos Liu había nacido con un don especial.
Liu Nº 1 podía sorberse gran parte del mar de un solo trago: lo llamaban tragamares.
Liu Nº 2 era inmune al fuego podían tenerlo tres días en medio de las llamas sin que se le chamuscara un solo cabello: lo llamaban incombustible.
Liu Nº 3 podía estirar las piernas a su antojo, pues eran elásticas: le decían alcanzanubes.
Liu Nº 4 era tan sólido como el más sólido metal: lo llamaban duroacero.
Liu Nº 5 sabia el lenguaje que hablan los animales: lo llamaban linguofono.
Cuenta una vieja leyenda china que la señora Liu vivía cerca del mar y era madre de cinco hijos tan parecidos entre sí que ella era la única persona capaz de distinguirlos.
Liu Nº 1, pescaba; Liu Nº2, cocinaba; Liu Nº3, pasabas cosas de un lugar a
otro; Liu Nº 4, cultivaba la tierra y
Liu Nº 5, cuidaba de los animales domésticos y así pasaban los días felices.
Precipiten a ese monstruo
al fuego ordenó el mandarín.
Liu Nº 2 se sentó
tranquilamente en la hoguera. Las llamas lo envolvieron sin hacerle el menor
daño.
Así que la ira del mandarín
subió a su más alto grado. Apretando los puños, como enloquecido ordenó: _ ¡Preparen
una barca para tirarlo al mar!
Ahora le correspondía el turno a Liu Nº 1, es decir a Tragamares.
Efectivamente, cuando el mandarín llego a la playa, ya Liu Nº 1 estaba ahí esperando. Lo vió entrar en el bote con sus secuaces, y se dió cuenta que llevaban a Liu Nº 2, Después dejo que la embarcación se alejara una cuadra y gritó: _ ¡Incombustible, tírate al agua! Incombustible, es decir Liu Nº 2, salto al agua y, en ese mismo instante, Liu Nº 1, Tragamares, absorbió gran parte del líquido de un solo trago. La barca quedo en seco.
Liu Nº 2, Incombustible,
emprendió la carrera hacia la orilla, poniéndose a salvo. Y cuando el mandarín
y sus gendarmes quisieron hacer lo mismo, Tragamares devolvió el agua,
arrojándola directamente contra ellos.
El mandarín quedó
sepultado para siembpre en el fondo del océano, en compañía de sus guardias.
LOS CINCO HERMANOS - Cuentos infantiles - CUENTACUENTOS Beatriz Montero
Publicado por:
Nestor Yaya Garzón
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