domingo, 8 de enero de 2023

Fabula El Sueño de Ícaro Alvaro Marín


EL SUEÑO DE ICARO



El Sueño De Ícaro Es Llegar Más Allá Del Sol

«ALVARO  MARIN, FABULAS, CUENTOS Y LEYENDAS»

Esta fábula habla sobre cómo establecer objetivos efectivos para alcanzar el éxito en diferentes áreas de la vida, ya sea en la carrera profesional, en las relaciones personales o en la salud.

El autor destaca la importancia de establecer objetivos claros y específicos, y de hacer un plan de acción concreto para alcanzarlos. Además, se enfatiza la necesidad de mantener una actitud positiva y perseverante para superar los obstáculos que se presenten en el camino hacia el logro de dichos objetivos.

En resumen, el texto proporciona consejos valiosos para aquellos que buscan alcanzar sus metas y vivir una vida plena y satisfactoria.

Es una inspiración para:

"Aumenta la eficiencia en el trabajo: Consejos para organizar tu tiempo"

"Mejora tu productividad: Cómo planificar tu día de forma efectiva"

"Logra tus objetivos diarios: Estrategias para administrar tu tiempo con éxito"

 El deseo de volar

Érase una vez una leyenda sobre un joven llamado Ícaro, quien vivió hace mucho tiempo en Grecia y solía pasar largas horas observando el vuelo de las aves. En su corazón ardía la envidia por la habilidad de estas criaturas de elevarse por los cielos.

Hace mucho tiempo, existió una leyenda que hablaba acerca de un joven llamado Ícaro, quien era un griego que solía pasar largas horas observando cómo las aves volaban, envidiándolas desde lo más profundo de su corazón.

El deseo de volar es un anhelo humano universal, plasmado en la mitología a través de la historia de Ícaro y ha sido, en la realidad, una fuerza impulsora que ha impulsado numerosos Avances Técnicos A Lo Largo De La Historia De La Ciencia.

Actualmente, en la Casa de las Culturas del Mundo en Berlín, se está estudiando la relación entre este anhelo ancestral y el desarrollo de la tecnología, a través de una exposición titulada "El sueño de volar". Esta muestra explora el espíritu creativo detrás de una serie de descubrimientos, desde el bumerán hasta los vuelos al espacio, que han permitido al ser humano hacer realidad su sueño de volar.

Esta exposición es una oportunidad única para entender cómo el deseo de volar ha influido en la evolución de la tecnología y cómo el ser humano ha sido capaz de superar sus propias limitaciones para alcanzar el cielo.

Desde temprana edad, experimentamos las primeras sensaciones de vuelo cuando aún somos bebés y alguien nos levanta en el aire. La sensación de ingravidez nos divierte y emociona, y esta experiencia trasciende fronteras y culturas, siendo compartida por los seres humanos a nivel global. Esta fascinación por el vuelo ha sido acreditada en las culturas más antiguas, donde se representaba a los dioses con alas, y perdura hasta nuestros días.

El mito de Ícaro se originó en la antigua Grecia y se preguntaba por qué las aves podían elevarse por encima de las montañas y cruzar mares a voluntad, mientras que los humanos estaban limitados a la tierra. Ícaro se preguntaba si los humanos también podían volar y si podían crear algo tan bello como lo que las aves podían hacer.

Ícaro decidió que quería volar y construyó un par de alas grandes y fuertes. Realizó muchos ensayos, estudió cuidadosamente las alas de las aves, fracasó varias veces pero siguió intentando hasta que finalmente tuvo éxito.

La historia de Ícaro es un recordatorio de que los seres humanos siempre han anhelado el vuelo y han luchado por alcanzarlo. Este deseo ancestral ha impulsado innumerables descubrimientos y ha llevado al ser humano a explorar los límites de lo que es posible.

Álvaro Marín: Fábulas, Cuentos Y Leyendas

Ícaro se impulsó hacia arriba y las alas empezaron a llevarlo por los aires, suave y rápidamente. Iba por sobre ciudades, cordilleras y mares. Ya había conseguido lo que quería: volar.

Pero la ambición humana no se detiene tan fácilmente: lograda una cosa, desea algo más, en muchas ocasiones inútil. No se sacia con lo que tiene.

Es esta una de las fuerzas de su mejoramiento pero en ocasiones, la causa de su perdición. Y fue así como Ícaro, cansado de recorrer la tierra resolvió ir al sol. Quería verlo de cerca y descifrar el secreto de la luz y el calor. Era una empresa para la cual no estaba preparado.

Y un día, al amanecer, ÍCARO se remontó hacia el espacio.

Y empezó a ascender confiado, alegre y orgulloso. Pero al acercarse al sol, se le chamuscaron las alas y cayó tierra muerto.

El símbolo de la leyenda es doble: por un aspecto el deseo de superación, de progreso, hasta conseguir volar y, por el otro, el castigo inexorable a la ambición desenfrenada.

 

La existencia de Ícaro es pura ficción, pues nunca existió.

Sin embargo, muchos hombres de ciencia nos recuerdas este héroe griego de leyenda, en su afán de dominar lo desconocido; de investigar. Como a él, principia a obsesionarlos un invento, o tratan de descubrir la causa de un fenómeno raro.

Desde la lejana época de la leyenda, el hombre siguió preocupado con la idea de dominar el espacio. Anhelaba viajar por el aire, rápida y cómodamente. Y así durante siglos estuvo tratando de diseñar máquinas de construir globos y elevarse.

Tal fue el caso LILLENTHAL de nacionalidad alemana, quien, una tarde del siglo XIX, descendió en un sitio público ante el asombro de los ahí presentes, debajo de un aparato, algo así como alas, que el mismo se había colocado y con las cuales pensaba ir de un sitio a otro y, probablemente, hasta la luna o el sol.

LILLENTHAL se subía a una colina y desde allí se arrojaba por el aire, debajo del armazón rígido, recubierto con lino y reforzado con varillas de madera. Metía los brazos entre la malla y se lanzaba.

 

El viento lo llevaba o lo traía independientemente de su voluntad.

LILLENTHAL no pudo realizar sus deseos e igual que ICARO, también se mató. Pero, ¿no sería posible que algún día cada ser humano dispusiera de un par de alas para volar a su antojo?

No parece probable, aunque vivimos en una época en que las maravillas científicas se suceden unas tras otras, sin darnos tiempo a pensar cual es más extraordinario.

 

MORALEJA:

La leyenda de Ícaro nos enseña que la ambición humana por alcanzar nuevos logros y metas puede ser una fuerza poderosa para el progreso y el desarrollo, pero también puede ser la causa de nuestra propia destrucción si no se tiene en cuenta el equilibrio y los límites. Es importante perseguir nuestros sueños y deseos, pero debemos hacerlo de manera consciente y responsable, teniendo en cuenta nuestras habilidades y limitaciones, para no poner en peligro nuestra propia seguridad y bienestar.

 

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