google-site-verification=OpgLC51KRwgI2WHQ5h7SkeKOQ7_FhOdOvSPLkY9MF4c Nestor Yaya Garzon: LIBRO GRANDES ENSEÑANZAS.

miércoles, 24 de julio de 2024

LIBRO GRANDES ENSEÑANZAS.

 

Grandes Enseñanzas: Cuentos Infantiles Un Libro de Valores para Todos.

Este libro de cuentos infantiles ofrece valiosas lecciones para niños, jóvenes, maestros y padres. Además de promover la lectura en familia, invita a reflexionar sobre cambios en las costumbres colombianas. Los editores esperan que este libro inspire momentos de lectura compartida y fortalezca valores.

nestor yaya garzon. Encuesta para Lectores

Encuesta para Lectores del Blog

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Queridos lectores,

Haciendo un análisis de todo el público de lectores que llegan a este blog, me he dado cuenta de que hay varios tipos de lectores y cada uno es diferente. Esta es una especie de encuesta para ustedes como lectores. Por favor, contesten del 1 al 10 con cuál lector se identifican y dejen su respuesta en los comentarios. Según el número más votado, comenzaré a publicar cuentos, historias y fábulas enfocados en este tipo de lectores.

1. LECTOR CRÍTICO: Este lector analiza minuciosamente el contenido, buscando fallos o puntos de mejora en la narrativa y estilo.

2. LECTOR MEDITABUNDO: Disfruta reflexionando sobre las enseñanzas y moralejas que ofrecen las fábulas y cuentos, profundizando en su significado.

3. LECTOR PACIENTE: Tiene la capacidad de disfrutar de historias largas y detalladas, apreciando el desarrollo de personajes y tramas complejas.

4. LECTOR DE LECTURA POSPUESTA: Acumula cuentos y fábulas para leer en su tiempo libre, disfrutando de varias historias en una sola sesión.

5. LECTOR JOVEN: Niños y adolescentes que buscan entretenimiento y aprendizaje a través de fábulas y cuentos con moralejas.

6. LECTOR NOSTÁLGICO: Adultos que disfrutan leyendo historias que les recuerdan su infancia o épocas pasadas, como las fábulas de Esopo.

7. LECTOR IMAGINATIVO: Disfruta de cuentos fantásticos y utópicos que desafían la realidad y estimulan la creatividad.

8. LECTOR DIDÁCTICO: Busca aprender algo nuevo con cada lectura, apreciando las lecciones y moralejas que las fábulas y cuentos pueden ofrecer.

9. LECTOR SOCIAL: Disfruta compartiendo y discutiendo cuentos y fábulas con otros, ya sea en clubes de lectura o en línea.

10. LECTOR MULTITAREA: Personas que disfrutan de audiolibros mientras realizan otras actividades, permitiendo que las historias y fábulas formen parte de su rutina diaria.

Instrucciones:
1. Lee cada cuento o historia.
2. Al final del post, deja un comentario con la frase: "Me identifico como el lector número [inserta el número]."
3. Con base en los resultados, enfocaré futuras publicaciones para el tipo de lector más votado.

¡Gracias por participar y feliz lectura!

Este libro está dirigido a un público amplio. Niños y jóvenes pueden consultarlo directamente, pues con seguridad encontrarán lecturas agradables y edificantes.

También está dirigido a maestros, quienes podrán organizar actividades de lectura y reflexión en cursos de ética, filosofía, español y educación cívica. Además, será de compañía y ayuda para los padres que quieran recuperar la antigua costumbre de la lectura nocturna familiar.

Los responsables de esta publicación nos preguntamos sobre los cambios en las costumbres del pueblo colombiano: si muchos hogares apagarán el televisor durante una hora diaria y la familia se reunirá alrededor de historias leídas por el padre o la madre.

Pero, como podría decir cualquiera de los cuentos aquí consignados, esa es harina de otro costal. Aunque no queremos dejar la inquietud entre nosotros.

Atentamente, Los Editores

La Leyenda de San Jorge y el Dragón

Hace cientos de años, cuando no existían autos, aviones ni submarinos, la tierra era parte del hombre, un lugar intenso e inhóspito. El mundo estaba poblado de criaturas gigantes, fantásticas y violentas. Recorrer bosques y pantanos era algo extremadamente peligroso.

El Caballero Andante

En aquella época, existía un hombre llamado Jorge, que pasaba su tiempo viajando. Recorría miles de kilómetros enfrentándose al mundo ancho y hostil de aquel entonces con apenas un caballo, una armadura, una lanza y un escudo. Especialmente con el escudo, que tenía una Cruz Roja sobre un fondo blanco. Se trataba de un caballero andante que recorría el mundo en busca de aventuras con el corazón rebosante de coraje. Era también un hombre amable y bondadoso, tanto que aún hoy, después de tantos siglos, mucha gente lo recuerda como un santo.

La Hazaña de Silca

Quizás el mayor ejemplo de su bondad y valentía es la hazaña que realizó cuando enfrentó al monstruo de Silca. De todas las criaturas escalofriantes que poblaban la tierra, ninguna era tan aterradora como este monstruo. Era una bestia africana del tamaño de un dinosaurio que comía toda clase de carne. De su boca dejaba escapar un aire nauseabundo, suficiente para que los pájaros, el ganado y los humanos en varios metros a la redonda cayeran fulminados como moscas. Se trataba de un dragón.

La Amenaza del Dragón

En aquel entonces, la costa de Libia, al norte de África, no era como lo es hoy: la puerta de entrada al desierto más grande del mundo. La hermosa ciudad de Silca florecía allí y se hallaba rodeada de unos sembrados de trigo tan extensos y dorados que parecía flotar en un radiante océano de luz. Pero aunque Silca parecía hallarse en el Edén, la verdad es que sus habitantes vivían todo un infierno.

Más allá de su valle se hallaba la charca en la que el dragón había encontrado su hogar. Cada día, durante meses, la gente de la ciudad se había visto obligada a dejar en la orilla del pantano a dos de sus ovejas para saciar el apetito del dragón. De lo contrario, el monstruo envolvería la ciudad en su pestilente humareda y los devoraría a todos sin piedad alguna. Al cabo de un par de meses, sin embargo, todo el ganado acabó por desaparecer en el hoyo negro de su estómago.

La Demanda del Dragón

Entonces la bestia llamó al anciano rey de Silca y le dijo:

"Esta vez quiero carne humana. Mañana deseo que me envíes a tu hijo. Mañana deseo que me envíes a tu hija. Hazlo si no quieres ver a tu pueblo arrasado por las llamas".

En cuanto lo supo, la hija del rey no dudó en ofrecer su vida para salvar a su pueblo de la destrucción. Al amanecer del día señalado, el sueño del dragón se vio interrumpido por unas voces. Abrió entonces sus ojos por encima del barro, esperando encontrar en la orilla a la que sería su banquete. En su mente ya saboreaba a la princesa, y de su hocico manaban unas babas negras y espesas cuando, súbitamente, tuvo que retroceder azorado. Un brillo rojo e intenso cayó como un rayo sobre sus ojos.

Antes de apretar sus párpados, había distinguido una presencia llameante que, al igual que un sol, bañaba de luz la figura de la joven, tan pálida y blanca como la luna. La princesa, que esperaba aterrorizada a ser devorada por el dragón, ignoraba que aquel brillo provenía del escudo de San Jorge y que el único deseo de este hombre era socorrer a las criaturas desvalidas como ella.

El Enfrentamiento con el Dragón

El valiente caballero había llegado casualmente hasta allí luego de recorrer miles de kilómetros, soportando en las cavernas el frío de las noches y alimentándose solamente con los frutos de los árboles.

"¿Es que no hay ningún hombre valiente en tu ciudad? Yo voy a salvarte y ahora mismo", exclamó indignado San Jorge, mientras tomaba la lanza de su montura.

"Detente, por favor. En este momento soy la única que puede hacer algo por mi pueblo", le dijo la princesa, y ya se alistaba a explicarle cuál era la verdadera situación, cuando de repente se interrumpió dando un salto hacia atrás. "¡Allí está el dragón y viene para acá!"

El enorme reptil, que había estado oyéndolo todo y que al fin se había habituado al brillo de la cruz, salió a la superficie dispuesto a despedazar al caballero. Pensaba escupirle todo su veneno en la cara, pero ahora la cruz parecía ejercer un extraño poder en su garganta y, en vez de su ediondo aliento, solo atinó a lanzar un débil rugido.

Viéndose privado de su arma más letal, se confió entonces a sus garras y colmillos, y empezó a lanzar dentelladas y zarpazos que San Jorge siempre supo esquivar a tiempo. De repente, en medio de lo más furioso de su ataque, el dragón sintió que tantos meses de reposo en el pantano le habían hecho perder energía, y se vio obligado a detenerse con el ánimo de recobrar un poco de aliento. Fue entonces cuando sintió una horrible punzada en el costado.

"¡Toma, demonio holgazán!", aulló San Jorge, que aprovechando aquella vacilación, había hundido toda su lanza en el corazón del monstruo.

El dragón dio un aullido tan terrible que traspasó las lejanas murallas de Silca, donde sus habitantes, paralizados de terror, imaginaron que la pobre princesa estaba siendo devorada viva. Luego, la bestia se desplomó como una piedra y, tras exhalar un pequeño y ridículo anillo de humo, murió a los pies del caballero.

La Celebración en Silca

La princesa y San Jorge arribaron a la ciudad arrastrando al dragón con el cinto de la joven, y el pueblo festejó por todo lo alto el fin de aquellos tiempos de oscuridad. El rey, agradecido, abrazó sin dudarlo la fe del caballero y le ofreció la mano de su hija, pero San Jorge se negó cortésmente y continuó viajando, convencido de que algún día el mundo dejaría de ser esa jungla bárbara y sombría y se convertiría en una hermosa campiña sembrada de apacibles ciudades, de cielos claros y de caminos seguros.

Conclusión

Lo que cuenta la leyenda de todos los caballeros que lucharon contra dragones es que quizás fue San Jorge el primero de ellos. La tradición afirma que se trató de un soldado del Imperio Romano del siglo III, nativo de Capadocia en Turquía, que abrazó el cristianismo y fue martirizado y ejecutado por ello. Su existencia histórica, sin embargo, es bastante dudosa. Si bien esto en la actualidad poco debe interesarnos, lo importante de este santo cristiano es su leyenda, rescatada para la posteridad por Santiago de la Vorágine en su obra "La Leyenda Dorada" hacia el siglo XI.

En ella, la figura del dragón, al igual que en el Apocalipsis, se identifica con Satán y encarna los peligros que amenazaban a los primitivos cristianos. Pero la leyenda es además un sencillo y elocuente testimonio de valentía. Nos dice que el coraje solo es un auténtico gesto cuando sacrificamos nuestras comodidades, nuestras riquezas e incluso nuestra vida misma por aquellas personas que amamos o simplemente por quienes se hallan desvalidos. Lo más importante, sin embargo, es que además nos dice que la valentía alcanza su verdadera dimensión heroica cuando todos estos sacrificios sirven para demostrar nuestra propia naturaleza destructiva.

 

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