Los Bogotanos Creyeron Que Se Cumplía La Profecía.
NESTOR YAYA GARZON
La ciudad de Bogota se dice que esta sobre una falla geológica y que puede ocurrir un terremoto de grandes proporciones en cualquier momento, es por eso que los organismos de socorro hacen campañas constantemente para que la gente aprenda a enfrentar un desastre de grandes proporciones y así minimizar el daño causado y disminuir el numero de victimas.Un sacerdote anuncio hace muchos años que Bogotá seria destruida por un terremoto un 31 de agosto de un año indefinido y muchos bogotanos siguen esperando que algún día llegara esa fecha por eso se hacen campañas para disminuir el impacto de un eventual terremoto y es mejor estar prevenidos que tener que lamentar una tragedia descomunal.
La tierra se quebró en la ciudad y muchos creyeron que se cumplía la profecía de aquel sacerdote.
Los bogotanos pensaron que la ciudad se iba a acabar el 31 de agosto de 1917. Cuando
escucharon “el ruido de huracán” que anticipo al sismo, recordaron las palabras que el sacerdote Francisco Margallo y Duquense había pronunciado en el siglo XIX “El 31 de agosto del año que no diré sucesivos terremotos destruirán a Santafé”.
escucharon “el ruido de huracán” que anticipo al sismo, recordaron las palabras que el sacerdote Francisco Margallo y Duquense había pronunciado en el siglo XIX “El 31 de agosto del año que no diré sucesivos terremotos destruirán a Santafé”.
El Periodico El Tiempo
Ante el sismo, EL TIEMPO informo “en concepto de expertos, el más violento que se haya sentido en Bogotá”. Por miedo a que sus viviendas cayeran, muchos se fueron a vivir a sus fincas, quienes no tenían se mudaron a los parques y a las calles. Los temblores se sintieron durante nueve días.
Buscando indulgencias ante el altísimo, los bogotanos adelantaron numerosas procesiones para convencerlo de que no cumpliera la terrible profecía. La ciudad se lleno de altares improvisados ante los cuales rezaban decenas de llorosas mujeres mientras muchos sacerdotes confesaban al aire libre y era incontable el número de personas que estrechaban ansiosamente entre sus manos un crucifijo o una camándula. El desastre parecía una prueba muy contundente de la impotencia de los mortales frente al poder divino.
Dicen que hubo víctimas tras el colapso de la torre principal de la iglesia de chapinero. Y cuentan que otras personas habrían muerto a causa de ataques al corazón o choques nerviosos producto del miedo que producía el sismo y la coincidencia con la fecha profética.
La iglesia de san Ignacio, el Claustro del colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, edificios gubernamentales y residencias privadas también sufrieron grandes daños
Este un aporte histórico que fue publicado por El Tiempo en 1917
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