lunes, 22 de agosto de 2011

Los Principios No Se Negocian Todo Se Paga Aquí

Los Principios No Se Negocian

Néstor Yaya Garzón


Algunas personas se desesperan y sienten envidia por que algún vecino o un allegado logra conseguir una gran fortuna y vive de manera opulente y llega a su mente el afán de lograr tener esa misma fortuna pero no quiere que esta llegue paulatinamente sino que sea rápidamente, su conciencia esta vulnerable a escuchar cualquier propuesta de algún negocio que logre enriquecerlo rápido y sin mucho esfuerzo, es decir tomar el atajo para llegar a esa meta.

Pienso que es mejor vivir un poco apretado económicamente pero tener tranquilidad que se está haciendo lo correcto y no andar escondiéndose de todo el mundo

“Los que creen que el dinero puede hacer cualquier cosa, terminan por hacer cualquier cosa por dinero” (Voltaire)

Así es y en esa trampa caen aquellos que se tuercen con una conciencia elástica que les permite acomodar la ética según su conveniencia. Son personas muy ricas en ambición y muy pobres en valores, bien cerca del dinero o el poder y bien lejos de Dios y el amor.

Lo más importante del anhelo de ser transparentes es tomar conciencia de que el virus de la deshonestidad no ataca únicamente a los políticos corruptos sino a toda una sociedad que, en mayor o menor grado le vende el alma al diablo, se salta las normas con frescura, piensa solo en el bien individual a costa del bien común.

A Nelson Mandela le ofrecieron mucho dinero para que renunciara a su liderazgo en contra del apartheid y el dijo una frase que debería grabarse en todas las mentes. LOS “PRINCIPIOS Y LOS VALORES NUNCA SE NEGOCIAN”


La falla es que la conciencia de alguien sin bases firmes, si tiene precio, cree que sus actos quedaran impunes y olvida que, siempre se recoge lo que se siembra.

La verdad es que se requiere una estrategia nacional a favor de la honestidad y que elimine la corrupción. Esta estrategia solo tiene con el compromiso decidido de todos los sectores: gobierno, lideres cívicos, empresariales y religiosos, padres de familia y comunicadores, docentes y toda la comunidad. Los imposibles se hacen posibles cuando una sociedad toma conciencia y busca algo con pasión. Los cambios logrados en Bogotá y otras ciudades con la cultura ciudadana son un buen ejemplo de la alquimia que se puede hacer.

Texto tomado de la revista carrusel
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