sábado, 21 de octubre de 2023

¿Quién decidió que el oro valía tanto?


 El Oro Metal Precioso y Codiciado-Historia de Colombia.

Nestor Yaya Garzon
 Para los expertos, apostar por inversiones de oro y plata es una movida inteligente. 

Nestor Yaya Garzon

Esto es porque, a diferencia de muchos bienes, el valor de los metales preciosos es fijo y no se determina por factores externos más allá de la oferta y la demanda.

El oro, con su versatilidad, va más allá de ser un simple ornamento. Si bien destaca en el mundo de la joyería, sus aplicaciones se extienden a la medicina, la electrónica e incluso la ingeniería aeroespacial.

Invertir en oro y plata es una jugada astuta según los entendidos. 

¿Por qué? 

Porque, a diferencia de muchos activos, el valor de estos metales preciosos permanece inmutable, inmune a factores externos que van más allá de la oferta y la demanda. Y todo esto sin que su precio establecido sufra alteraciones significativas.

A diferencia de otros "bienes", el oro no depende de circunstancias externas para adquirir valor.

Su existencia misma lo coloca en una posición única, al igual que los deslumbrantes diamantes o la reluciente plata.

Contrastando con inversiones en dólares o acciones de empresas, donde la inflación y otras variables impredecibles pueden ejercer un impacto imprevisible sobre su valor. 

¿Qué camino prefieres seguir en el apasionante mundo de las inversiones?

No hay duda que nuestros predecesores nativos en Colombia eran muy inteligentes, agiles, estrategas y muy organizados. Y que lograron una sociedad muy estructurada que no tenia nada que envidiarle a las civilizaciones del Mediterráneo o de África como la egipcia. 


Manteniendo las proporciones, "lastima que con la llegada de los españoles se hubiera destruido gran parte de esta cultura" que hoy día algunos grupos intentan recuperar y conservar, sin mucho apoyo de parte del estado o de la sociedad, muchos colombianos hasta se averguenzan de su origen indio, es por eso que no dan valor a esa riqueza cultural.

Ubicación de las Sociedades Orfebres de La Colombia Prehispánica.


En las altiplanicies andinas y los valles del departamento de Nariño y el norte del Ecuador habitaron desde el año 400 hasta el 1600 d.C. Sociedades de agricultores, pastores y mercaderes. Al llegar los conquistadores europeos en 1550, en este territorio Vivian los indígenas pastos, quillacingas, abades y sindaguas. Los descendientes de estas comunidades permanecen aun y mantienen algunas de sus costumbres y tradiciones.

Estas sociedades comían maíz, papa, frijol, venados, llamas, cuyes, conejos además de una variedad de insectos y diversas aves. Tuvieron especialistas en oficios como la orfebrería, la alfarería, el trabajo en madera, los textiles en pelo de llama y en algodón. A través de los mindales o comerciantes especializados, mantuvieron una extensa red de intercambio de productos exóticos con los habitantes del Pacifico y el Putumayo.

Sobre islotes rodeados de selvas de manglar, en la costa pacifica, las antiguas comunidades de TUMACO construyeron montículos y en ellos sus viviendas y lugares de enterramiento. Fueron navegantes que vivieron, por cerca de mil años, de la pesca, la recolección de frutos de mar y la caza de aves y pequeños mamíferos. Para cultivar en las llanuras del litoral adecuaron las tierras con zanjas y camellones. De las arenas de los ríos obtuvieron oro y platino que trabajaron por lo general en pequeños y delicados adornos. En su producción cerámica se destaca la figura humana, realista, con adornos insertados en la piel, orejeras y narigueras, y con marcadas deformaciones craneales, símbolo de rango social. Los arqueólogos fechan su presencia desde el 700 a.C. hasta el 350 d.C.

En las colinas del alto y medio rio Calima y en la suela plana del rio Cauca, en el Valle del Cauca, se observan vestigios de casi 9000 años de ocupación humana. Loas arqueólogos dividen esta historia en distintos periodos.
 
 
Nestor Yaya Garzon


Periodo Llama, 1500 a 100 a.C.


Las primeras sociedades agrícolas vivieron en la región Calima durante 14 siglos antes de nuestra era. Sus representaciones en cerámica sugieren la existencia de relaciones sociales de genero, poder y jerarquía. No se conoce si trabajaron el metal.

Periodo Yotoco, 200 a.C. a 1200 d.C.


En el primer milenio de nuestra era la población aumento en el valle de Calima, las viviendas se construyeron sobre plataformas en las laderas. Se abrieron caminos y se despejaron áreas de bosques para adecuarlas al cultivo con tecnologías de camellones elevados y canales de drenaje. Los líderes se rodearon de especialistas que les produjeron objetivos suntuarios y vistosos de orfebrería y otros materiales que a su muerte los acompañaron como ajuares funerarios.

En 1992, en la planicie del Valle del Cauca, se encontró un cementerio de caciques conocido como Malagana. El vergonzoso saqueo impidió la investigación arqueológica y solo se obtuvo una fecha: era del año 200 d.C.

nestor yaya garzonPeriodo Sonso, 650 a 1700 d.C.

Hacia 650 d.C. las sociedades de Calima cambiaron su política, economía e ideología. La población aumento y el poder de los líderes no se manifestó ya en la posesión de objetos suntuarios, sino en el control de la producción económica.

Motivo por el que utilizamos el oro como dinero, y no otro metal.


 Hace unos años, un ingeniero químico de la Universidad de Columbia, Sanat -Kumar, comenzó a desarmar la tabla periódica para encontrar la respuesta a este misterio.

En el camino, elaboró ​​una excelente guía para comprender las características de cada función, para apreciar las eternas cualidades del oro.


¿Qué metales son comunes, pero no demasiado raros para caer en la banalidad y el exceso, son duraderos, fáciles de manejar y llamativos? Plata y oro. Ambos se han utilizado como moneda a lo largo de la historia humana y sus posesiones están asociadas con una gran riqueza. No es casualidad que las dos máximas divisiones de los Juegos Olímpicos, y de cualquier otro deporte, lleven su nombre. Pero el oro siempre es lo primero.


El motivo es su gran resistencia al óxido ya la corrosión, algo de lo que la plata no puede presumir. También incluía otra característica: su intenso color dorado lo hacía muy atractivo a los ojos de la primera civilización, de tal forma que contribuía a su interpretación. Así, el oro se convirtió en un símbolo de realeza y gran riqueza, similar al de la púrpura (su complejo origen, que provenía de caracoles de mar, lo convertía en el tinte de la curia y de los reyes).


Hasta el día de hoy, el oro todavía se asocia con estas ideas. A veces se lleva al extremo y la abnegación, como dice el actual presidente de los Estados Unidos. Pero no hay nada inusual en su historia y en la importancia que ha tenido a lo largo de los siglos.


La apreciación del oro.

Un metal tan precioso ha definido el valor económico de las cosas desde la antigüedad. Ya sea en el corazón de la Roma imperial o en el apogeo de la cultura mesoamericana, la exhibición de oro siempre estuvo asociada con la escala social más alta.


El acero servía no solo como moneda de cambio para los pocos afortunados que tenían acceso a él, sino también como símbolo de estatus social, como medida de todo lo relacionado con el prestigio y el poder.


Pero, ¿por qué oro y no uno de los muchos metales y minerales que pueblan la superficie terrestre?


Es una cuestión que obedece tanto a la naturaleza geológica de la tierra como al uso y cultura de las personas. Empecemos con lo básico.


El oro tenía valor porque era un metal fuerte

La tabla periódica está llena de elementos cuya forma natural es gaseosa o líquida, lo que los convierte en herramientas imperfectas para las transacciones económicas.


Considere, por ejemplo, el argón o el helio, que son muy caros hoy, pero se entendían vagamente hace dos milenios.

 

Lo mismo ocurre con el nitrógeno o el oxígeno; y también con mercurio o bromo en forma líquida.


En nuestra próxima parada.


metales alcalinos en estado sólido, su problema es muy diferente. Son brillantes, suaves y extremadamente reactivos, lo que los hace difíciles de manipular.

 

Pensemos en el litio, el sodio, el potasio o el cesio, elementos muy abundantes y fácilmente refractarios, dos características que los hacen indeseables.

 

Algo similar ocurre con los metales alcalinotérreos como el magnesio o el calcio, mientras que los lantánidos o actínidos tienen propiedades tóxicas y radiactivas.


El descubrimiento de los elementos de la tabla periódica dentro de 300 años, en 99 segundos.


Lo mismo puede decirse del arsénico, el polonio, el plomo o el cadmio, que son fácilmente detectables en la superficie terrestre, pero muy peligrosos para la salud humana.


Que automáticamente los rechaza.


Kumar luego selecciona un vago grupo de elementos cuyo común denominador es la ubicuidad.


¿Por qué oro y no, digamos, estaño*, zinc o cobalto? Principalmente porque eran tan fáciles de encontrar.


Algunos de ellos, como el cobre, también se utilizarán para intercambiar bienes y servicios, pero como un metal de menor valor que el oro.


Otros, como el zirconio o el titanio, tendrán valor más adelante. Y otros, como el hierro, se convirtieron en una mercancía en sí misma.


Llegados a este punto, el margen de aspiración a dinamizar la economía o convertirse en símbolo de estatus y valor es muy limitado, y más si abandonamos elementos extremadamente escasos en el medio natural.


Algunos, como la tenazona o el Moscovia, son sintéticos, descubiertos hace algunos años a través de investigaciones de laboratorio, y son muy pesados. Otros, como el rutenio o el osmio, son extraordinariamente escurridizos por naturaleza.


Eso nos deja con cinco finalistas: rodio, paladio, plata, platino y oro.


Los dos primeros son estables, sólidos y manipulables, pero difíciles de encontrar. El rodio se produce con platino o níquel; El paladio, el mineral más preciado del planeta en la actualidad gracias a su uso en los catalizadores de los automóviles, no se descubrió hasta el siglo XIX, y aún hoy es muy difícil de extraer. 

El platino es un metal muy valioso en la actualidad, pero es esquivo y solo se descubrió en los siglos XVII y XIX.


Hay muy pocos elementos comunes a todas las civilizaciones que ha producido la humanidad. Algunos son espirituales, otros son sociales. Y al menos uno de ellos es material.

 
NestorYayaGarzon.
 
Este es otro aporte histórico tomado del libro Nuestra Historia del periodico HOY

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