Una Enfermera quedo embarazada de un Indigente que recogió de la calle.
Esta historia te llegara al corazón, que
hasta lloraras.
Julia, de 24 años, volvía a casa de mal humor. Llevaba un mes trabajando como enfermera en la clínica y no conseguía acostumbrarse al ambiente de la sala.
El trabajo en sí era monótono, la misma rutina cada día, la enfermedad y el sufrimiento humano no contribuían a su alegría y sus colegas eran personas desagradables con la eterna charla sobre el dinero, regalos, cosas caras y el alma humana. La moralidad, la compasión, la comprensión nunca fueron el problema.Julia
se apresuró a volver a casa porque era tarde. Se quedó en el trabajo más tiempo
de lo habitual soñando que muy pronto encontraría un empleo de su gusto y se
incorporaría a un buen equipo. Afuera era finales de otoño, una época del año
sombría y lúgubre. La misma melancolía rondaba su mente. El último autobús
salió hace tiempo y Julia tuvo que tomar el metro para volver a casa.
Bajando
las escaleras del metro, vio un hombre joven y delgado con ropa sucia y raída
de pie contra la pared, con una mano temblorosa extendida, pidiendo a los
transeúntes un poco de dinero. "Probablemente un vagabundo", pensó la
chica. Ella misma había crecido en una familia pobre sin padre; su madre tenía
tres trabajos para asegurarse de que vivían, también como los demás. Por ello,
el hombre despertaba una sincera simpatía, tanto más cuanto que su rostro era
agradable de rasgos regulares.
Julia
dio unos pasos hacia el hombre y, cuando se acercó, pudo verle mejor la cara.
Por un momento pensó que se había encontrado con su ex novio Antonio, que le
gustaba mucho. Habían salido durante mucho tiempo, pero habían roto de una
forma muy dolorosa. "Antonio", gritó Julia al hombre, pareció
levantar la vista, pero enseguida la bajó. Exactamente él solo está avergonzado
de estar aquí y de esta manera, pensó la chica, había estado esperando un
encuentro todo el tiempo que llevaban sin verse, y ahora estaba ocurriendo.
"Julia,
quería a Antonio, pero su madre decidió lo contrario", constante charla
sobre cómo él no era adecuado para interminables reproches de que el hombre era
supuestamente pobre, poco prometedor, y Antonio se fue mortalmente ofendido por
todos. "Vaya reunión, Antonio, te he reconocido y me alegro mucho de
verte", balbuceó Julia. "Jovencita, se equivoca, desgraciadamente, yo
soy Miguel", el hombre apenas logró salir y se dio la vuelta.
Julia
lo miró y se preguntó, ¿y si lo llevo a casa para fastidiar a mi madre y decir
que es mi prometido? Y que ahora vivirá con nosotras, quizás así dejaría de interferir
en mi vida amorosa, y presentó la idea. "Para ser honesto, gracias por la
oferta, tienes buen corazón. Sabes, creo que lo tomaré, me estoy congelando en
el cruce, a decir verdad, al menos entraré en calor".
La
niña se animó y todo a su alrededor se iluminó. Era una persona emocional que
vivía con sentimientos. Nunca había soñado con un matrimonio lucrativo ni con
un novio rico y creía que eso no era lo principal entre los jóvenes, el amor y
la comprensión mutua deben ser lo primero. "Y si este es mi destino, así
que le diré directamente a mi madre, presento a mi prometido Miguel. Este es mi
prometido Miguel, él y yo vamos a vivir aquí ahora, él no tiene dónde vivir,
¿no te importa, ¿verdad?", volviéndose hacia el hombre, la chica dijo
alegremente.
"Bueno,
¿qué haces ahí parado? Entra. No seas tímido. Siéntate como en casa",
murmuró enfadada la madre, pero no olvides que eres un invitado. "Dios
mío, hija mía, ¿cuándo vas a dejar de recoger la basura? Es un piso decente, no
un albergue para indigentes", la mujer suspiró apenada y se fue encorvada
a su habitación.
Un día Estaban mirando la televisión y conversando julia y Miguel, pero de pronto ella sintió un fuerte dolor en sus piernas, pero de inmediato miguel se puso a darle masajes y el dolor desapareció inmediatamente y el calor la liberó. El hombre empezó a moverse lentamente, cada vez más alto se acercó más a Julia y empezó a besarla apasionada y expertamente.
La chica intentaba sobreponerse y
susurró, "Miguel, ¿qué estás haciendo? No estamos fingiendo ser los
novios. Basta ya", respondió el hombre en voz baja, sin dejar de
acariciarla suavemente. "Yo también pensaba que todo era un juego, pero me
enamoré de verdad, Julia. Te deseo tanto. Eres la mejor. Nunca he conocido a
nadie como tú".
A
pesar de la forma en que su madre trató de forma tan negra a su hija y a su
amado, prevaleció el deseo de ver a su hija con un hombre rico.
Cuando
julia estaba de turno en la clínica, su madre fue a donde miguel y le dijo que
julia solo estaba jugando con él, por qué ella tenía de novio a un hombre muy
rico y poderoso que lo iba a llamar y cuando el llegara lo mataría y que si en
algo apreciaba su vida lo mejor era que se largara de su casa.
El hombre se tomó las palabras en serio, miró a la mujer con ojos llenos de dolor y sufrimiento. Luego se cubrió la cara con las manos y lloró en silencio. No quería creer lo que Ximena la madre de su prometida le había dicho, podía Julia haber sido tan cruel con él cuando le había asegurado tanto su amor, podría haberle traicionado, puede ser. Todo su cuerpo se sentía como petrificado, sus piernas no querían moverse, cuando Julia llego a casa su madre le dijo que miguel se había marchado por su cuenta, julia no creyó esas palabras y asumió que su madre lo había echado ¿Dónde voy a encontrar a Miguel ahora? No puedo hacerlo sin él.
Con
la esperanza de volver a encontrar a Miguel y explicárselo todo, Julia dio
media vuelta desde el umbral de la puerta y corrió hacia el pasadizo donde se
habían encontrado por primera vez. Giró la cabeza y preguntó a los demás
vagabundos y vendedores ambulantes, pero solo se encogieron de hombros. Hacía
mucho que no veían al hombre por ahí.
La
chica corrió por las afueras durante más de una hora, preguntándose si Miguel
no habría ido absoluto, la maltratará, ¿qué va a poder hacer, ¿cómo seguir
viviendo? Y, sobre todo, porque Julia no lo sabía. Ahora iba todos los días por
la mañana y por la tarde al mismo cruce, donde lo había encontrado la primera
vez, con la esperanza de volver a ver allí a Miguel. Una vez incluso creyó
reconocerle por detrás, gritando alegremente, "Miguel, mi amor, por fin te
he encontrado". Pero un completo desconocido se volvió hacia ella y le
respondió sorprendido, "No soy Miguel, te equivocas."
De pronto comenzó a vomitar y un doctor le confirmo sus sospechas estaba embarazada ella le pidió al doctor que le ayudara a abortar cuando el doctor se preparaba para ese procedimiento julia le dijo que ya no quería abortar y el doctor suspiro aliviado.
Luego
fue a su casa y para mortificar a su madre decidió contarle de su embarazo
Cuando
su madre le pregunto por esos mareos que si estaba enferma o que se trataba de
algo que ella estaba sospechando.
Desesperada,
Julia decidió hacer algo irreparable en la cara de su madre. "Sí, madre,
estoy embarazada. Imagínate qué el tonto, de Miguel, y tú lo echaste. Ahora tu
nieto nunca sabrá quién es su padre. Espero que seas feliz, no es lo que
querías, no voy a abortar, ni siquiera tienes que mencionarlo. Déjame en paz,
necesito descansar", y corrió a la habitación sollozando.
Ximena
se agarró el corazón y fue a la cocina a tomarse unas pastillas sedantes.
Regañó mentalmente a su hija. "Qué tonta está, jugando al amor, repitiendo
'mi destino estúpido'. Julia fue desesperada al doctor en la vio muy deprimida cuando
ella pasó la puerta el doctor dijo tranquilamente, "Vamos a tomar un poco
de té y chocolate, ¿de acuerdo? O algo de comer, siempre tengo algo para mi uso
personal.
Tú, Julia, estás ahora en una posición en la que reaccionas muy
emocionalmente a todo, y eso es normal, se debe a las hormonas. Debes intentar
olvidarte de todo, dar más paseos, hablar con el bebé. Te aseguro que lo oye y
lo siente todo. Tú lloras y él se siente mal, tú ríes y él se calma en el
útero, créeme. Cuando nazca el bebé, todos esos problemas que ahora tienes van
a desaparecer.
Ximena al ver a julia triste y con ojeras de tanto llorar y que no quería hacer nada, soñaba con abrazar a su hija, tonta, besarla en la frente, decirle que ya no estaba enfadada, que la ayudaría, que no la abandonaría. Todo se decidió por casualidad.
Era un día libre, Julia, para no pensar en Miguel, decidió limpiar la habitación. Empezó a lavar las cortinas y a lavar las ventanas. Cuando la mujer estaba lavando la ventana, su madre se asomó por a su habitación al parecer, pensó que su hija intentaba saltar y suicidarse, y aun así vivían en el quinto piso.
De
inmediato entro y le pidió que no lo hiciera le pidió perdón y le prometió que
le ayudaría a recuperar a su miguel madre e hija se abrazaron lloraron y se
liberaron de esa carga emocional. Sin embargo, parecía que respiraba mejor.
Ximena fue a poner la tetera, Julia hizo crujir un pepinillo mientras bebía un té dulce. La pensionista recordó que cuando estaba embarazada de su hija, solía mascar tiza donde la encontraba, ambas se rieron. Ahora Ximena recordó cuando ella se preparaba para dar a luz a Julia, sacó una vieja y polvorienta máquina de coser de su juventud, rebuscó en su baúl un trozo de suave tela de bayeta y empezó a recordar su juventud.
En una semana, mi madre había hecho pañales,
vestidos y gorros. Ese día había tenido una premonición, durante toda la mañana
algo daba vueltas en su alma, su corazón se agitaba todo el tiempo, estaba
mezclando todo en el turno y no podía entender lo que le estaba pasando, las
pruebas casi confunden al paciente y luego casi llevan al paciente equivocado a
rayos X, la enfermera jefa reprendió a Julia durante todo el día, ¿qué te pasa?
Contrólate, después de todo, ¿qué pasará antes del parto si ya estás en las
nubes? Piensa en el trabajo.
Cuando
Julia volvió a casa de su trabajo, por la ventana vio una caravana de
automóviles finos que se estacionaron al frente de su casa y de uno de ellos descendió
un joven bien vestido y unos hombres a su lado que lo escoltaban llamo a la
puerta y pregunto a Ximena por julia cuando su madre lo invito a entrar se le
presento a Julia y ella le reclamo por haberla abandonado sin darle una explicación
y diciéndole todo era una farsa pues no eras un vagabundo tiene razón, no soy
un vagabundo, soy el hijo del millonario Crespo, habrán oído hablar de él,
tenemos dos compañías aéreas en el extranjero.
De todos modos, crecí por supuesto en el lujo y la riqueza. Fui a una escuela pública de élite, luego me gradué en la universidad de economía en Inglaterra.
Pensaba que tenía toda la vida por delante, que era maravillosa, increíble, me sentía como si llevara gafas de color de rosa y de repente, de repente, estoy perdiendo mi madre, y ello a pesar de que se controlaba.
Mi madre murió
atropellada por un conductor ebrio y me quede solo con mi padre pero luego él
se consiguió a una mujer que rompió y tiro todo lo que era de mi madre y una
foto de ella por más que le suplique la rompió y la tiro y dijo que en adelante
se aria las cosas como ella dijera y que si no me gustaba bien podía largar a
la calle ella me maltrataba y cuando le conté a mi padre él, dijo que estaba de
acuerdo con lo que ella dijera y que si no me parecía me largara a vivir a la
calle es como si ella lo tuviera embrujado pues hacia lo que ella dijera.
Y
después de tantos maltratos, tome la decisión de irme a vivir a la calle y de
un lado a otro, estúpido. Y ni siquiera saqué mis papeles de casa, me di cuenta
entonces, tras haberme comunicado con muchos sin techo, de que la mitad de
ellos eran gente corriente, a menudo educados y cultos, con un destino de
lisiados. Conocer a Julia fue el episodio más brillante de mi vida de vagabundo,
cuando Ximena me echó corrí molesto a la estación de tren, me subí a un tren
que pasaba por allí y me alejé a 300 kilómetros.
Yo estaba allí, mendigando cerca de la estación, como de costumbre, cuando de pronto unos hombres me recogieron en un carro lujoso y me dijeron que mi padre me mando a buscar.
Pues cuando mi padre enfermo de gravedad lo llevaron al hospital y esa mujer nunca lo fue a visitar y empezó a gastar los millones de las empresas de mi padre en el lecho y se acordó de su hijo y ahora administro una de sus empresas.
Ella le conto que estaba embarazada y Miguel le pregunto qué
de quien estaba embarazada ella le pego una fuerte palmada en la cara y le dijo
que se largara, que ella no era una cualquiera y él se marchó muy adolorido y
por sus estúpidas palabras, fue ella quien sembró duda en la mente de Miguel.
Cómo podría hacerlo, bien podrían ver que se amaban, pero discutían como si
fueran enemigos.
pasaron
dos semanas Julia Estaba totalmente desesperada sollozando día y noche y maldiciéndose
a sí misma porque le hice esto, ha venido, ha vuelto y le dio una bofetada Ah
soy una tonta todo por mi estúpido orgullo debería haberme acurrucado haberle
besado haberle dicho lo mucho que le quería lo mucho que le echaba de menos que
hice.
Ximena al ver el sufrimiento de su hija se inventó una mentira hija una amiga me dice que el el siguiente pueblo va a llegar un doctor muy bueno que me puede curar, entonces voy a ir a verlo.
Julia le dijo que si quería la acompañaba, ella dijo que no que iría sola y que pronto regresaba.
Ximena investigo donde quedaba la casa de la importante familia crespo, luego tomo un taxi para llegar rápido pero se gastó todo su dinero, por lo que no tenía dinero para regresar a casa.
Llego a la mansión de la familia crespo y un guarda que estaba afuera le pregunto ¿Qué se le ofrece? y ella dijo quiero ver al papa de Miguel Crespo, tengo unos negocios con él y tengo que hablar de algo muy personal.
El guardia se comunicó con el señor crespo y le conto todo lo que le dijo Ximena, que es un asunto de negocios y que es personal e importante que si puede pasar, al otro lado de la línea dijo quién es ella no conozco a ninguna mujer como ella pero ella dijo Soy Jimena madre de Julia Hernández la prometida de Miguel, dile que no voy a ninguna parte me congelaré aquí hasta mañana pero no me iré hasta que me hablen.
El guardia le contó todo esto al propietario que respondió con un suspiro muy bien llévala a mi oficina, que ahora bajo. Ximena entró incómoda en el despacho lujosamente amueblado.
Un hombre corpulento la atendió ella le conto todo con lujo de detalles el hombre se quitó las gafas las hizo girar en sus manos y luego contestó qué noticia entonces voy a ser abuelo pronto ahora todo está más o menos claro y yo que pensaba que estaba tan sombrío y deprimido últimamente no te preocupes hablaré con mi hijo.
Ella le confeso que no tenía dinero para regresar a casa, el señor crespo le dijo no se preocupe, el chofer te llevará directamente a casa en un buen coche solo tardará una hora Ximena suspiró aliviada Gracias por no echarme, escucharme y comprenderme Es evidente que es usted una persona tranquila.
Cuando miguel regreso del trabajo cansado y con ganas de descansar su padre con las gafas en la frente lo estaba esperando y le dijo hijo ven a mi oficina que necesito hablarte y miguel pensó mi padre me va regañar pero yo hice las cosas bien, administro bien la empresa no se en que falle su padre le explica de la visita de Ximena le dice que por que abandono a julia y Miguel explico la razón ella misma mama de Julia se puso a decirme que no era el adecuado para ella y luego me echó dijo que Julia estaba conmigo por diversión pero que tenía un prometido así que me ofendí y cuando la semana pasada decidí acercarme a Julia para hacer las paces, ella en vez de alegrarse y abrazarme, en la cara me dio un puñetazo es normal y para qué por una simple pregunta
¿de quién está embarazada? Bueno tengo que estar seguro de que es mi hijo nunca se
sabe, el padre negó con la cabeza Oh Miguel cabeza de chorlito A mí también me
gustaría
Miguel
de inmediato partió a casa de Julia pero pero cuando llamo a la puerta, su madre le abrió la puerta y enferma
y se tambaleaba ligeramente el hombre saludó Buenas tardes Ximena está Julia tengo que hablar con ella,
la mujer lloró de repente Hola Miguel, se llevaron a Julia al hospital Hace
media hora, han llamado a una ambulancia le dolía el estómago y estaba sangrando. Ah qué vergüenza Dios nos libre de un aborto son sus nervios se ha estado
volviendo loca yo también quería ir con ella pero el médico me dijo que no, pues me
ha subido la tención estoy acostada iré a verla mañana por la mañana.
Miguel
angustiado y arrepentido llego al hospital y pregunto por julia y el doctor
jefe le explicó que las visitas ya se habían acabado, pero pensó que si lo dejaba
pasar talvez Julia mejoraría y le dijo a miguel puedes pasar a verla, pero solo
por 10 minutos vio como los paramédicos se afanaban a su alrededor
administrando la inyecciones y medicación.
El hombre se acercó a ella se arrodilló y le susurró Hola mi pequeña Perdóname he sido un tonto Te quiero mucho más que la vida no digas nada cuida tus fuerzas y a nuestro bebé Déjame poner mi mano en tu vientre ¿puedo? puso suavemente su mano sobre su vientre la acarició con dulzura y susurró hijito mío Soy yo tu papá no seas quisquilloso tu madre y yo te queremos y te estamos esperando te necesito
Así que el hombre intentaba pasar con ella cada minuto libre. Le daba masajes, la acariciaba, la barriga y la colmaba de fruta, jugos y vitaminas. Su madre también la atendía y trataba de complacerla. Fuera de la ciudad, Julia se sentía genial. El aire fresco del bosque, paseos por senderos sombreados, descanso en, un sueño profundo; se recuperó un poco.
Estaba
más guapa, sus mejillas se pusieron rosadas, su barriga crecía por momentos y
parecía una gran sandía. Miguel llevaba a su amada como un jarrón de cristal.
Estaba tan contento. Había concertado una cita con la mejor clínica para el
parto que se avecinaba. No dejaba de preguntarle cómo se encontraba y le
preocupaba los niños a la vez que bien nos hará aburrido. Julia responde
sorprendida, "Así es, y yo me preguntaba, ¿por qué mi niño tan pequeño es
tan alborotado y la barriga ya como dos sandías? ¿Y resulta que hay dos? ¿Seré
capaz de parirlos yo sola o tengo que operarme?"
El
ginecólogo se rio, "Allá vamos, los temores habituales de las mujeres.
Claro, darás a luz tú sola. Todos tus indicadores son normales, tu pelvis es
ancha, podemos hacerlo, no te preocupes.
Solo tenemos que ir al hospital una semana antes, ya que se adelantaría el parto. Confíe en él al 100%. Sabía que no haría nada malo."
Cuando
le entregaron dos bebés chirriantes, empapados y acotados, hasta lloró de
alegría. Tan fuertes eran las emociones en ese momento.
Julia
se sintió la mujer más feliz del planeta. El doctor Ramón Reyes se inclinó
hacia ella y le dijo cariñosamente, "¿Recuerdas lo que te prometí? Que
cuando te convirtieras en mamá serás tan feliz que todos los demás problemas y
retos se volverán tan pequeños y sin importancia entonces.
RESUMEN:
Julia, una joven enfermera de 24 años, volvía a casa después de un largo día de
trabajo en la monótona clínica donde la alegría parecía escasa. Sus colegas
eran más aficionados a hablar de dinero y cosas caras que a mostrar compasión y
comprensión.
En su
camino de regreso, Julia se encontró con un joven indigente, Miguel, que pedía
ayuda en la calle. A pesar de su situación desfavorecida, Miguel tenía rasgos
agradables que despertaron la simpatía de Julia.
Inicialmente,
Julia pensó que Miguel era su exnovio Antonio y decidió llevarlo a casa para
fastidiar a su madre, que no aprobaba su relación con Antonio.
Sin
embargo, cuando Miguel y Julia comenzaron a fingir ser novios, algo cambió.
Miguel se enamoró sinceramente de Julia, lo que desencadenó una serie de
eventos emocionantes y complicados.
La
historia da un giro cuando Julia descubre que está embarazada de Miguel, pero
su madre se niega a aceptar la relación. A pesar de las dificultades, Julia y
Miguel luchan por su amor y terminan teniendo gemelos, lo que los llena de
felicidad y esperanza a pesar de los obstáculos en su camino.
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