sábado, 21 de octubre de 2023

ENFERMERA QUEDA EMBARAZADA De Un Indigente.

Una Enfermera quedo embarazada de un Indigente  que recogió de la calle. 

Esta historia te llegara al corazón, que hasta lloraras.

Julia, de 24 años, volvía a casa de mal humor. Llevaba un mes trabajando como enfermera en la clínica y no conseguía acostumbrarse al ambiente de la sala.

El trabajo en sí era monótono, la misma rutina cada día, la enfermedad y el sufrimiento humano no contribuían a su alegría y sus colegas eran personas desagradables con la eterna charla sobre el dinero, regalos, cosas caras y el alma humana. La moralidad, la compasión, la comprensión nunca fueron el problema.

Julia se apresuró a volver a casa porque era tarde. Se quedó en el trabajo más tiempo de lo habitual soñando que muy pronto encontraría un empleo de su gusto y se incorporaría a un buen equipo. Afuera era finales de otoño, una época del año sombría y lúgubre. La misma melancolía rondaba su mente. El último autobús salió hace tiempo y Julia tuvo que tomar el metro para volver a casa.

Bajando las escaleras del metro, vio un hombre joven y delgado con ropa sucia y raída de pie contra la pared, con una mano temblorosa extendida, pidiendo a los transeúntes un poco de dinero. "Probablemente un vagabundo", pensó la chica. Ella misma había crecido en una familia pobre sin padre; su madre tenía tres trabajos para asegurarse de que vivían, también como los demás. Por ello, el hombre despertaba una sincera simpatía, tanto más cuanto que su rostro era agradable de rasgos regulares.

Julia dio unos pasos hacia el hombre y, cuando se acercó, pudo verle mejor la cara. Por un momento pensó que se había encontrado con su ex novio Antonio, que le gustaba mucho. Habían salido durante mucho tiempo, pero habían roto de una forma muy dolorosa. "Antonio", gritó Julia al hombre, pareció levantar la vista, pero enseguida la bajó. Exactamente él solo está avergonzado de estar aquí y de esta manera, pensó la chica, había estado esperando un encuentro todo el tiempo que llevaban sin verse, y ahora estaba ocurriendo.

"Julia, quería a Antonio, pero su madre decidió lo contrario", constante charla sobre cómo él no era adecuado para interminables reproches de que el hombre era supuestamente pobre, poco prometedor, y Antonio se fue mortalmente ofendido por todos. "Vaya reunión, Antonio, te he reconocido y me alegro mucho de verte", balbuceó Julia. "Jovencita, se equivoca, desgraciadamente, yo soy Miguel", el hombre apenas logró salir y se dio la vuelta.

Julia lo miró y se preguntó, ¿y si lo llevo a casa para fastidiar a mi madre y decir que es mi prometido? Y que ahora vivirá con nosotras, quizás así dejaría de interferir en mi vida amorosa, y presentó la idea. "Para ser honesto, gracias por la oferta, tienes buen corazón. Sabes, creo que lo tomaré, me estoy congelando en el cruce, a decir verdad, al menos entraré en calor".


La niña se animó y todo a su alrededor se iluminó. Era una persona emocional que vivía con sentimientos. Nunca había soñado con un matrimonio lucrativo ni con un novio rico y creía que eso no era lo principal entre los jóvenes, el amor y la comprensión mutua deben ser lo primero. "Y si este es mi destino, así que le diré directamente a mi madre, presento a mi prometido Miguel. Este es mi prometido Miguel, él y yo vamos a vivir aquí ahora, él no tiene dónde vivir, ¿no te importa, ¿verdad?", volviéndose hacia el hombre, la chica dijo alegremente.

"Bueno, ¿qué haces ahí parado? Entra. No seas tímido. Siéntate como en casa", murmuró enfadada la madre, pero no olvides que eres un invitado. "Dios mío, hija mía, ¿cuándo vas a dejar de recoger la basura? Es un piso decente, no un albergue para indigentes", la mujer suspiró apenada y se fue encorvada a su habitación.

Un día Estaban mirando la televisión y conversando julia y Miguel, pero de pronto ella sintió un fuerte dolor en sus piernas, pero de inmediato miguel se puso a darle masajes y el dolor desapareció inmediatamente y el calor la liberó. El hombre empezó a moverse lentamente, cada vez más alto se acercó más a Julia y empezó a besarla apasionada y expertamente. 

La chica intentaba sobreponerse y susurró, "Miguel, ¿qué estás haciendo? No estamos fingiendo ser los novios. Basta ya", respondió el hombre en voz baja, sin dejar de acariciarla suavemente. "Yo también pensaba que todo era un juego, pero me enamoré de verdad, Julia. Te deseo tanto. Eres la mejor. Nunca he conocido a nadie como tú".

A pesar de la forma en que su madre trató de forma tan negra a su hija y a su amado, prevaleció el deseo de ver a su hija con un hombre rico.

Cuando julia estaba de turno en la clínica, su madre fue a donde miguel y le dijo que julia solo estaba jugando con él, por qué ella tenía de novio a un hombre muy rico y poderoso que lo iba a llamar y cuando el llegara lo mataría y que si en algo apreciaba su vida lo mejor era que se largara de su casa.


El hombre se tomó las palabras en serio, miró a la mujer con ojos llenos de dolor y sufrimiento. Luego se cubrió la cara con las manos y lloró en silencio. No quería creer lo que Ximena la madre de su prometida le había dicho, podía Julia haber sido tan cruel con él cuando le había asegurado tanto su amor, podría haberle traicionado, puede ser. Todo su cuerpo se sentía como petrificado, sus piernas no querían moverse, cuando Julia llego a casa su madre le dijo que miguel se había marchado por su cuenta, julia no creyó esas palabras y asumió que su madre lo había echado ¿Dónde voy a encontrar a Miguel ahora? No puedo hacerlo sin él.


Con la esperanza de volver a encontrar a Miguel y explicárselo todo, Julia dio media vuelta desde el umbral de la puerta y corrió hacia el pasadizo donde se habían encontrado por primera vez. Giró la cabeza y preguntó a los demás vagabundos y vendedores ambulantes, pero solo se encogieron de hombros. Hacía mucho que no veían al hombre por ahí.

La chica corrió por las afueras durante más de una hora, preguntándose si Miguel no habría ido absoluto, la maltratará, ¿qué va a poder hacer, ¿cómo seguir viviendo? Y, sobre todo, porque Julia no lo sabía. Ahora iba todos los días por la mañana y por la tarde al mismo cruce, donde lo había encontrado la primera vez, con la esperanza de volver a ver allí a Miguel. Una vez incluso creyó reconocerle por detrás, gritando alegremente, "Miguel, mi amor, por fin te he encontrado". Pero un completo desconocido se volvió hacia ella y le respondió sorprendido, "No soy Miguel, te equivocas."

De pronto comenzó a vomitar y un doctor le confirmo sus sospechas estaba embarazada ella le pidió al doctor que le ayudara a abortar cuando el doctor se preparaba para ese procedimiento julia le dijo que ya no quería abortar y el doctor suspiro aliviado.


Luego fue a su casa y para mortificar a su madre decidió contarle de su embarazo

Cuando su madre le pregunto por esos mareos que si estaba enferma o que se trataba de algo que ella estaba sospechando.

Desesperada, Julia decidió hacer algo irreparable en la cara de su madre. "Sí, madre, estoy embarazada. Imagínate qué el tonto, de Miguel, y tú lo echaste. Ahora tu nieto nunca sabrá quién es su padre. Espero que seas feliz, no es lo que querías, no voy a abortar, ni siquiera tienes que mencionarlo. Déjame en paz, necesito descansar", y corrió a la habitación sollozando.

Ximena se agarró el corazón y fue a la cocina a tomarse unas pastillas sedantes. Regañó mentalmente a su hija. "Qué tonta está, jugando al amor, repitiendo 'mi destino estúpido'. Julia fue desesperada al doctor en la vio muy deprimida cuando ella pasó la puerta el doctor dijo tranquilamente, "Vamos a tomar un poco de té y chocolate, ¿de acuerdo? O algo de comer, siempre tengo algo para mi uso personal. 


Tú, Julia, estás ahora en una posición en la que reaccionas muy emocionalmente a todo, y eso es normal, se debe a las hormonas. Debes intentar olvidarte de todo, dar más paseos, hablar con el bebé. Te aseguro que lo oye y lo siente todo. Tú lloras y él se siente mal, tú ríes y él se calma en el útero, créeme. Cuando nazca el bebé, todos esos problemas que ahora tienes van a desaparecer.

Ximena al ver a julia triste y con ojeras de tanto llorar y que no quería hacer nada, soñaba con abrazar a su hija, tonta, besarla en la frente, decirle que ya no estaba enfadada, que la ayudaría, que no la abandonaría. Todo se decidió por casualidad.

Era un día libre, Julia, para no pensar en Miguel, decidió limpiar la habitación. Empezó a lavar las cortinas y a lavar las ventanas. Cuando la mujer estaba lavando la ventana, su madre se asomó por a su habitación al parecer, pensó que su hija intentaba saltar y suicidarse, y aun así vivían en el quinto piso. 

De inmediato entro y le pidió que no lo hiciera le pidió perdón y le prometió que le ayudaría a recuperar a su miguel madre e hija se abrazaron lloraron y se liberaron de esa carga emocional. Sin embargo, parecía que respiraba mejor.

Ximena fue a poner la tetera, Julia hizo crujir un pepinillo mientras bebía un té dulce. La pensionista recordó que cuando estaba embarazada de su hija, solía mascar tiza donde la encontraba, ambas se rieron. Ahora Ximena recordó cuando ella se preparaba para dar a luz a Julia, sacó una vieja y polvorienta máquina de coser de su juventud, rebuscó en su baúl un trozo de suave tela de bayeta y empezó a recordar su juventud. 

En una semana, mi madre había hecho pañales, vestidos y gorros. Ese día había tenido una premonición, durante toda la mañana algo daba vueltas en su alma, su corazón se agitaba todo el tiempo, estaba mezclando todo en el turno y no podía entender lo que le estaba pasando, las pruebas casi confunden al paciente y luego casi llevan al paciente equivocado a rayos X, la enfermera jefa reprendió a Julia durante todo el día, ¿qué te pasa? Contrólate, después de todo, ¿qué pasará antes del parto si ya estás en las nubes? Piensa en el trabajo.

Cuando Julia volvió a casa de su trabajo, por la ventana vio una caravana de automóviles finos que se estacionaron al frente de su casa y de uno de ellos descendió un joven bien vestido y unos hombres a su lado que lo escoltaban llamo a la puerta y pregunto a Ximena por julia cuando su madre lo invito a entrar se le presento a Julia y ella le reclamo por haberla abandonado sin darle una explicación y diciéndole todo era una farsa pues no eras un vagabundo tiene razón, no soy un vagabundo, soy el hijo del millonario Crespo, habrán oído hablar de él, tenemos dos compañías aéreas en el extranjero.

De todos modos, crecí por supuesto en el lujo y la riqueza. Fui a una escuela pública de élite, luego me gradué en la universidad de economía en Inglaterra. 

Pensaba que tenía toda la vida por delante, que era maravillosa, increíble, me sentía como si llevara gafas de color de rosa y de repente, de repente, estoy perdiendo mi madre, y ello a pesar de que se controlaba.

Mi madre murió atropellada por un conductor ebrio y me quede solo con mi padre pero luego él se consiguió a una mujer que rompió y tiro todo lo que era de mi madre y una foto de ella por más que le suplique la rompió y la tiro y dijo que en adelante se aria las cosas como ella dijera y que si no me gustaba bien podía largar a la calle ella me maltrataba y cuando le conté a mi padre él, dijo que estaba de acuerdo con lo que ella dijera y que si no me parecía me largara a vivir a la calle es como si ella lo tuviera embrujado pues hacia lo que ella dijera.

Y después de tantos maltratos, tome la decisión de irme a vivir a la calle y de un lado a otro, estúpido. Y ni siquiera saqué mis papeles de casa, me di cuenta entonces, tras haberme comunicado con muchos sin techo, de que la mitad de ellos eran gente corriente, a menudo educados y cultos, con un destino de lisiados. Conocer a Julia fue el episodio más brillante de mi vida de vagabundo, cuando Ximena me echó corrí molesto a la estación de tren, me subí a un tren que pasaba por allí y me alejé a 300 kilómetros.

Yo estaba allí, mendigando cerca de la estación, como de costumbre, cuando de pronto unos hombres me recogieron en un carro lujoso y me dijeron que mi padre me mando a buscar.

Pues cuando mi padre enfermo de gravedad lo llevaron al hospital y esa mujer nunca lo fue a visitar y empezó a gastar los millones de las empresas de mi padre en el lecho y se acordó de su hijo y ahora administro una de sus empresas.

 Ella le conto que estaba embarazada y Miguel le pregunto qué de quien estaba embarazada ella le pego una fuerte palmada en la cara y le dijo que se largara, que ella no era una cualquiera y él se marchó muy adolorido y por sus estúpidas palabras, fue ella quien sembró duda en la mente de Miguel. Cómo podría hacerlo, bien podrían ver que se amaban, pero discutían como si fueran enemigos.

pasaron dos semanas Julia Estaba totalmente desesperada sollozando día y noche y maldiciéndose a sí misma porque le hice esto, ha venido, ha vuelto y le dio una bofetada Ah soy una tonta todo por mi estúpido orgullo debería haberme acurrucado haberle besado haberle dicho lo mucho que le quería lo mucho que le echaba de menos que hice.

Ximena al ver el sufrimiento de su hija se inventó una mentira hija una amiga me dice que el el siguiente pueblo va a llegar un doctor muy bueno que me puede curar, entonces voy a ir a verlo.

Julia le dijo que si quería la acompañaba, ella dijo que no que iría sola y que pronto regresaba.

Ximena  investigo donde quedaba la casa de la importante familia crespo, luego tomo un taxi para llegar rápido pero se gastó todo su dinero, por lo que no tenía dinero para regresar a casa.

Llego a la mansión de la familia crespo y un guarda que estaba afuera le pregunto ¿Qué se le ofrece? y ella dijo quiero ver al papa de Miguel Crespo, tengo unos negocios con él y tengo que hablar de algo muy personal.

El guardia se comunicó con el señor crespo y le conto todo lo que le dijo Ximena, que es un asunto de negocios y que es personal e importante que si  puede pasar, al otro lado de la línea dijo quién es ella no conozco a ninguna mujer como ella pero ella dijo Soy Jimena madre de Julia Hernández la prometida de Miguel, dile que no voy a ninguna parte me congelaré aquí hasta mañana pero no me iré hasta que me hablen.

El guardia le contó todo esto al propietario que respondió con un suspiro muy bien llévala a mi oficina, que ahora bajo. Ximena entró incómoda en el despacho lujosamente amueblado. 

Un hombre corpulento la atendió ella le conto todo con lujo de detalles el hombre se quitó las gafas las hizo girar en sus manos y luego contestó qué noticia entonces voy a ser abuelo pronto ahora todo está más o menos claro y yo que pensaba que estaba tan sombrío y deprimido últimamente no te preocupes hablaré con mi hijo.

Ella le confeso que no tenía dinero para regresar a casa, el señor crespo le dijo no se preocupe, el chofer te llevará directamente a casa en un buen coche solo tardará una hora Ximena suspiró aliviada Gracias por no echarme, escucharme y comprenderme Es evidente que es usted una persona tranquila.

Cuando miguel regreso del trabajo cansado y con ganas de descansar su padre con las gafas en la frente lo estaba esperando y le dijo hijo ven a mi oficina que necesito hablarte y miguel pensó mi padre me va regañar pero yo hice las cosas bien, administro bien la empresa no se en que falle su padre le explica de la visita de Ximena le dice que por que abandono a julia y Miguel explico la razón ella misma mama de Julia se puso a decirme que no era el adecuado para ella y luego me echó dijo que Julia estaba conmigo por diversión pero que tenía un prometido así que me ofendí y cuando la semana pasada decidí acercarme a Julia para hacer las paces, ella en vez de alegrarse y abrazarme, en la cara me dio un puñetazo es normal y para qué por una simple pregunta 

¿de quién está embarazada? Bueno tengo que estar seguro de que es mi hijo nunca se sabe, el padre negó con la cabeza Oh Miguel cabeza de chorlito A mí también me gustaría

Miguel de inmediato partió a casa de Julia pero pero cuando llamo a la puerta, su madre le abrió la puerta y enferma y se tambaleaba ligeramente el hombre saludó Buenas tardes  Ximena está Julia tengo que hablar con ella, la mujer lloró de repente Hola Miguel, se llevaron a Julia al hospital Hace media hora, han llamado a una ambulancia le dolía el estómago y estaba sangrando. Ah qué vergüenza Dios nos libre de un aborto son sus nervios se ha estado volviendo loca yo también quería ir con ella pero el médico me dijo que no, pues me ha subido la tención estoy acostada iré a verla mañana por la mañana.

Miguel angustiado y arrepentido llego al hospital y pregunto por julia y el doctor jefe le explicó que las visitas ya se habían acabado, pero pensó que si lo dejaba pasar talvez Julia mejoraría y le dijo a miguel puedes pasar a verla, pero solo por 10 minutos vio como los paramédicos se afanaban a su alrededor administrando la inyecciones y medicación.

El hombre se acercó a ella se arrodilló y le susurró Hola mi pequeña Perdóname he sido un tonto Te quiero mucho más que la vida no digas nada cuida tus fuerzas y a nuestro bebé Déjame poner mi mano en tu vientre ¿puedo? puso suavemente su mano sobre su vientre la acarició con dulzura y susurró hijito mío Soy yo tu papá no seas quisquilloso tu madre y yo te queremos y te estamos esperando te necesito

Así que el hombre intentaba pasar con ella cada minuto libre. Le daba masajes, la acariciaba, la barriga y la colmaba de fruta, jugos y vitaminas. Su madre también la atendía y trataba de complacerla. Fuera de la ciudad, Julia se sentía genial. El aire fresco del bosque, paseos por senderos sombreados, descanso en, un sueño profundo; se recuperó un poco.

Estaba más guapa, sus mejillas se pusieron rosadas, su barriga crecía por momentos y parecía una gran sandía. Miguel llevaba a su amada como un jarrón de cristal. Estaba tan contento. Había concertado una cita con la mejor clínica para el parto que se avecinaba. No dejaba de preguntarle cómo se encontraba y le preocupaba los niños a la vez que bien nos hará aburrido. Julia responde sorprendida, "Así es, y yo me preguntaba, ¿por qué mi niño tan pequeño es tan alborotado y la barriga ya como dos sandías? ¿Y resulta que hay dos? ¿Seré capaz de parirlos yo sola o tengo que operarme?"

El ginecólogo se rio, "Allá vamos, los temores habituales de las mujeres. Claro, darás a luz tú sola. Todos tus indicadores son normales, tu pelvis es ancha, podemos hacerlo, no te preocupes.

Solo tenemos que ir al hospital una semana antes, ya que se adelantaría el parto. Confíe en él al 100%. Sabía que no haría nada malo."

Cuando le entregaron dos bebés chirriantes, empapados y acotados, hasta lloró de alegría. Tan fuertes eran las emociones en ese momento.

Julia se sintió la mujer más feliz del planeta. El doctor Ramón Reyes se inclinó hacia ella y le dijo cariñosamente, "¿Recuerdas lo que te prometí? Que cuando te convirtieras en mamá serás tan feliz que todos los demás problemas y retos se volverán tan pequeños y sin importancia entonces.

RESUMEN: Julia, una joven enfermera de 24 años, volvía a casa después de un largo día de trabajo en la monótona clínica donde la alegría parecía escasa. Sus colegas eran más aficionados a hablar de dinero y cosas caras que a mostrar compasión y comprensión.

En su camino de regreso, Julia se encontró con un joven indigente, Miguel, que pedía ayuda en la calle. A pesar de su situación desfavorecida, Miguel tenía rasgos agradables que despertaron la simpatía de Julia.

Inicialmente, Julia pensó que Miguel era su exnovio Antonio y decidió llevarlo a casa para fastidiar a su madre, que no aprobaba su relación con Antonio.

Sin embargo, cuando Miguel y Julia comenzaron a fingir ser novios, algo cambió. Miguel se enamoró sinceramente de Julia, lo que desencadenó una serie de eventos emocionantes y complicados.

La historia da un giro cuando Julia descubre que está embarazada de Miguel, pero su madre se niega a aceptar la relación. A pesar de las dificultades, Julia y Miguel luchan por su amor y terminan teniendo gemelos, lo que los llena de felicidad y esperanza a pesar de los obstáculos en su camino.

 

 

 

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