"Juan y el libro Mágico"
Nestor Yaya Garzon
Gracias a un libro mágico vivió Juan las aventuras, en un mundo de fantasía, en la isla mágica.
Había una vez un niño llamado Juan que estaba aburrido en casa. Estaba lloviendo afuera y no podía jugar con sus amigos. Pero entonces, su madre le dio un libro mágico y le dijo que lo abriera. Cuando lo hizo, de repente se encontró en un mundo mágico lleno de aventuras.
Juan se encontró en un hermoso jardín lleno de flores y mariposas. Caminó por el jardín y llegó a un río. Decidió seguirlo y se encontró con un barco. Subió al barco y se embarcó en un viaje por el río.
El barco lo llevó por un túnel lleno de luces y colores. Juan se encontró en un mundo de fantasía donde los animales hablaban y las plantas tenían vida propia. Vio un unicornio corriendo por un campo de flores y un dragón jugando con una pelota de fuego.
Después de un rato, el barco llegó a una isla mágica. Juan bajó del barco y exploró la isla. Descubrió un castillo hecho de caramelo y un jardín lleno de frutas gigantes. También encontró un parque de diversiones con montañas rusas y una piscina de chocolate.
Juan decidió subir a la montaña rusa y se divirtió mucho. Después, se metió en la piscina de chocolate y se dio un baño de chocolate. Fue tan divertido que no quería salir.
Después de su baño, Juan decidió explorar el castillo de caramelo. Dentro del castillo, encontró una habitación llena de juguetes mágicos. Juan se divirtió jugando con todos los juguetes y se encontró con un amigo mágico llamado Luna. Luna le dijo a Juan que el libro mágico podía llevarlo a cualquier lugar que quisiera.
Juan y Luna decidieron explorar el mundo juntos. Fueron a un lugar de nieve donde jugaron con los pingüinos y se hicieron amigos de un osito de nieve. Luego, viajaron al fondo del mar donde se encontraron con una sirena y un tiburón. También visitaron un planeta alienígena donde conocieron a unos seres extraños y divertidos.
Finalmente, Juan y Luna regresaron al jardín donde todo había comenzado. Juan estaba muy agradecido por todas las aventuras que había tenido y por su nuevo amigo Luna. Su madre lo llamó para la cena y Juan se despidió de Luna y le prometió volver a visitarlo pronto.
Después de regresar a casa, Juan no podía dejar de pensar en su increíble viaje a través de la imaginación. Había vivido tantas aventuras emocionantes y había conocido a tantos seres fantásticos. Pero lo que más extrañaba era a su amigo Luna.
Así que, al día siguiente, Juan decidió abrir de nuevo el libro mágico y volver al mundo de fantasía. Esta vez, decidió llevar consigo a sus amigos para compartir sus aventuras con ellos. Juan llamó a sus amigos y les explicó todo sobre el libro mágico. Todos estaban emocionados y ansiosos por unirse a la aventura.
Juan abrió el libro y de nuevo se encontró en el hermoso jardín. Sus amigos lo siguieron y se encontraron con el barco que los llevaría por el río. Los amigos subieron al barco y se embarcaron en un viaje lleno de sorpresas.
El barco los llevó por el túnel de luces y colores y los amigos se encontraron en el mundo de fantasía de nuevo. Esta vez, los amigos pudieron jugar con los animales y las plantas. También pudieron ver al unicornio y al dragón de nuevo y esta vez pudieron acariciarlos.
Luego, el barco llegó a la isla mágica y los amigos bajaron del barco. Estaban emocionados por explorar la isla y descubrir sus secretos. Los amigos se divirtieron mucho jugando en el parque de diversiones y dándose un baño de chocolate en la piscina de chocolate. También exploraron el castillo de caramelo y encontraron la habitación llena de juguetes mágicos.
Una vez más, Juan y sus amigos decidieron explorar el mundo juntos. Esta vez, visitaron un lugar de nieve donde se hicieron amigos de unos renos y jugaron con unos trineos. Luego, viajaron al fondo del mar donde se encontraron con unos delfines y unos tiburones. También visitaron un planeta alienígena donde conocieron a unos robots y jugaron con ellos.
Finalmente, Juan y sus amigos regresaron al jardín donde todo había comenzado. Todos estaban agradecidos por las aventuras que habían tenido y por haber conocido a Luna. Juan les prometió a sus amigos que volverían a visitar el mundo de fantasía pronto.
Juan guardó el libro mágico en un lugar seguro y se fue a dormir con una sonrisa en su cara.
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