La Cometa - Agosto Son Tiempos de las Cometas - Cuentos Historias y Anécdotas

Los Tiempos de la Cometa 

Normalmente estos tiempos de cometa inician en el mes de agosto porque es el mes en el que hay más vientos,  pero a veces cambia el tiempo, se adelanta y empieza a hacer fuertes vientos en julio y a mediados de agosto ya no hay vientos abundantes, de igual manera las personas y especialmente los niños, elevan las cometas cuando empieza agosto por tradición.

En mi pueblo Turmequé Boyacá,  se implanto la cultura de la cometa,  así como en mi país Colombia. Desconozco si en otros países latinos y europeos se conoce la cometa.

Como Construir una Cometa

Por si acaso no se conoce,

Historias del Barrio-Cuentos Historias y Anécdotas

Parra fue el nombre que le colocaron los vecinos ya que nunca se conoció su verdadero nombre, tampoco se supo si tenía familia y su vida termino misteriosamente.

Bionico un Perro de Exposición

Cuentos y anécdotas
Un perro muy gracioso que nació con habilidades dignas de participar en una exposición canina en las ciudades más importantes de Colombia.

Un día mi papa trajo un perrito color cafecito claro muy bonito, era de una camada de la perrita cocola que tenía don Apóstol un vecino y compadre de mi papa, lo primero que preguntamos con la curiosidad normal de nuestra edad, fue y porque trajo otro perro y el respondió “para reemplazar a Toni” preguntamos

Tony un Joven Arrastrado por una Novilla

En la finca donde fuimos criados ubicada en la vereda de Pascata del municipio de Turmequé departamento de Boyacá Colombia colindaba con la finca de mi tío Jesús que era el hermano más allegado a mi papa, ambas fincas habían sido heredadas de mi abuelo Baltazar.

Mi papa tenía varios animales entre ellos un perrito muy bonito llamado Tony que era el único que había quedado de la última

El Siervo y El Oso Dormilón Un Final Trágico.

El Oso Dormilón y el Siervo

Una madrugada de verano fui arrancado del estudio de mis plantas por el aullido de una jauría de perros de caza que atronaban el monte, muy cerca de casa.

Mi tentación fue grande, pues yo sabía que los perros del monte no aúllan sino cuando han visto ya la bestia que persiguen al rastro.

Durante largo rato logre contenerme. Al fin no pude más, y machete en mano, me lance tras el latir de la jauría. En un instante estuve al lado de los perros, que trataban en vano de trepar a un árbol.