Un Relato Sobre
El Valor De La Templanza
Cuentos infantiles para educar - Una Fortuna Infortunada
Vivian Inocencio y Amina cuidando su parcela que apenas les daba el sustento alguno que otro sobrante para pasar la vida.
Eran gente humilde como la que más, el pequeño pueblo que los había visto nacer y luego casarse, de esto último hacía ya 15 años, como únicas pertenencias los acompañan una vaca, dos camastros, una mesa destartalada, dos cobijas raídas y un taburete. a y un ranchito que de pura misericordia debemos llamar así a esa enclenque casucha de bahareque y Tejas quebradas.
Como no sabían leer ni escribir se pasaban